El Centro del grupo.
EL CENTRO DEL GRUPO ES: JESUCRISTO
El centro en toda reunión en el Grupo de Oración es
JESÚS, y ÉL es el que nos reúne en comunidad. "Pues donde hay dos o tres
reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18.20).
EL GUÍA DEL GRUPO ES EL ESPÍRITU SANTO
El principio dinámico de toda reunión es el impulso del Santo Espíritu que sopla como quiere y cuando quiere; este mismo Espíritu está en nuestro corazón por el Bautismo y nos une en un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo.
El Espíritu Santo es el gran inspirador, es el promotor,
el animador, es el guía en todas nuestras reuniones.
"Pues todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios esos son Hijos de Dios" (Rom 8.14)
"Pues todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios esos son Hijos de Dios" (Rom 8.14)
ACTITUDES Y GESTOS EN LAS REUNIONES DE ORACIÓN
La oración no es solamente una actitud del corazón, de la mente y de los labios, sino que el cuerpo entero logra expresar sus sentimientos así.
Hay que señalar que hay muchas manifestaciones
corporales que vienen a subrayar las
palabras que cantamos, como elevar nuestras manos, cruzar los brazos, danzar
"alábenlo con danzas y tambores..." (Sal 150.4).
Todos estos gestos son hechos solo si nace de un deseo
espontáneo y natural dirigidos para alabar a Dios. Nadie debe sentirse
presionado y todo debe ser hecho conforme a la palabra "pero que todo se
haga en forma decente y ordenada" (1Cor 14.40).
Y porque "El Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2Cor 3.17).
Y porque "El Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2Cor 3.17).
El abrazo de la Paz es un signo de fraternidad y todas nuestras
reuniones casi siempre terminan con un abrazo de Paz.
EL BATIR LAS PALMAS
Podrás observar que las personas que participan en las reuniones aplauden las diferentes circunstancias según transcurra la oración.
El aplaudir o batir las palmas, llevando el ritmo de las
canciones, ante una situación que se
presenta en la reunión, no es más que la expresión de nuestra alegría en
el Señor. "Todos los pueblos aplauden con las palmas, aclaman a Dios con voces
de alegría" (Sal 47.2)
Si podemos aplaudir a personajes importantes o equipos
deportivos, con mucha más razón aplaudimos a Dios que es SEÑOR DE SEÑORES.
Jesús te dice:
"Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno
oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo" (Ap. 3.20)
Comentarios
Publicar un comentario